Dismorfia corporal, en busca de la perfección

¿Alguna vez te has sentido preocupado por tu aspecto físico? Vivimos en un mundo social en el que la forma en que te ves influye mucho en cómo serás tratado. Pero, ¿qué pasaría si intentaras cambiar aspectos de tu físico que en realidad no son reales? El trastorno dismórfico corporal (TDC) es una enfermedad grave en la que la persona está demasiado preocupada por aspectos que pueden ser mínimos o imaginarios. La persona puede pasar horas al día tratando de corregirlos e incluso puede someterse a muchos procedimientos cosméticos o ejercitarse en exceso para corregir lo que considera un defecto.

Algunas de sus características son:

1. Preocupación excesiva por la apariencia: experimentada como una preocupación intensa y constante.

2. Visión distorsionada de la imagen corporal.

3. Comportamientos repetitivos y compulsivos: las personas con el trastorno dismórfico corporal suelen realizar comportamientos repetitivos en respuesta a su preocupación por su apariencia. Ejemplos: mirarse constantemente en el espejo, compararse con otras personas, buscar constantemente la validación o aprobación de los demás, o buscar procedimientos estéticos o cirugías plásticas innecesarias.

4. Evitación y aislamiento social: la dismorfia corporal puede llevar a la evitación de situaciones sociales, ya que las personas afectadas pueden sentir vergüenza o inseguridad acerca de su apariencia.

5. Impacto en la vida diaria y calidad de vida: la dismorfia corporal puede tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona. Puede interferir con el trabajo, las relaciones personales y el bienestar emocional en general. Las personas afectadas suelen experimentar altos niveles de ansiedad, depresión y baja autoestima, así como aislamiento y bajo rendimiento escolar o laboral.

Conclusión:
Este trastorno en particular requiere intervención psicoterapéutica, ya que implica una percepción mental de una realidad que no existe. Es importante porque las personas que lo padecen no se dan cuenta o no lo consideran como un problema hasta que se vuelven conscientes de ello, y de alguna manera afecta su estado de ánimo, su vida social y puede causarles problemas o dificultades para tomar decisiones.

Lic. Jacqueline Gaona
Psicóloga