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Tipos de apego

El día de hoy vamos a hablar sobre los tipos de apego, ¿Qué es un apego?, ¿Cómo se forma el apego? ¿Qué tipos de apego existen?, con la finalidad de que puedan sus necesidades afectivas y el trasfondo de sus relaciones interpersonales.

Primero, ¿qué es el apego emocional?, es un tipo específico de vínculo dentro de los vínculos afectivos, de naturaleza social y supone la búsqueda de protección, cuidado, seguridad y bienestar dentro de la relación. Se da en parejas, niños, familiares y en general personas cercanas. A lo largo de nuestra vida vamos formando vínculos afectivos con distintas personas. Algunas de estas vinculaciones son la relación de padres e hijos, abuelos y nietos, amistad, vínculo fraternal, amor romántico… Todos ellos muestran algunas características comunes. Por ejemplo, son relaciones afectivas, perduran a lo largo del tiempo, se busca proximidad y contacto con la otra persona, nos produce ansiedad cuando hay una separación que no se desea, son singulares hacia una persona en concreto o depende de la interacción entre ambos.

Está definición nace de la teoría del apego de John Bowlby quien fue un psicoanalista decía que la salud mental de las personas en la edad adulta tenía que ver con sus experiencias más importantes durante la infancia. Bowlby descubrió que todos los niños desarrollaban un vínculo de apego primario con uno de sus cuidadores, generalmente con su madre. Sin embargo, la naturaleza del mismo podía variar mucho en función de cómo fuera su relación con este cuidador; y en función de qué tipo de apego se crease, el niño acabaría mostrando características muy diferentes con el tiempo.

Es decir, la relación que tengamos desde nuestros primeros años con nuestros Bowlby padres o familiares cercanos que nos cuidaron desde edad temprana define la relación que tenemos con las personas en la edad adulta.

Pero ¿cuáles son los tipos de apego y cómo identificarlos?, existen 4 tipos, primero está el apego seguro: es el apego más sano de todos y se da cuando el niño siente la incondicionalidad por parte de sus progenitores y tiene la certeza de que no van a fallarle. Este apego se da cuando el cuidador proporciona seguridad y se preocupa de establecer una comunicación y un contacto con el menor.

No les supone un esfuerzo unirse íntimamente a las personas y no les provoca miedo el abandono. Es decir, pueden llevar a una vida adulta independiente, sin prescindir de sus relaciones interpersonales y los vínculos afectivos.

Estos niños se sienten validados emocionalmente y seguros para relacionarse con lo que les rodea.

Después tenemos el apego ansioso y ambivalente

La ambivalencia emocional genera angustia. En este tipo de apego, el niño no confía en sus cuidadores y crece con una sensación de incertidumbre e inseguridad, debido a la inconstancia e inconsistencia en los cuidados o a la ambivalencia de los mismos.

Estos niños tienden a presentar miedo y gran angustia ante las separaciones, así como también suelen tener dificultades para calmarse cuando el cuidador reaparece. Tienden a la vigilancia de su cuidador y la exploración del medio ambiente es poco relajada, siempre con el temor de alejarse de la figura de apego. Una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. Los menores necesitan la aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen. Exploran el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de apego.

Encontramos también apego evitativo aparece cuando los cuidadores no proporcionan la seguridad suficiente para el menor, haciendo que este, desarrolle una autosuficiencia compulsiva y un distanciamiento emocional de los mismos.

Estos niños, no suelen llorar cuando se separan de su cuidador y evitan el contacto.

Esta conducta puede llegar a confundirse con la seguridad, pero en realidad, provoca un gran sufrimiento al menor. Estos niños suelen presentar grandes cuotas de estrés y crecen sintiéndose poco valorados, teniendo a la larga problemas de intimidad con los demás.

Y por último está el apego desorganizado es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo y viene causado por una conducta insegura o negligente de los progenitores.

El niño presenta comportamientos inadecuados y contradictorios en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados, no confía en su cuidador e incluso puede llegar a sentir miedo hacia él.

Son niños inseguros con tendencia a reacciones impulsivas o explosivas y con mala gestión de sus emociones.

Antes de empezar a culpar a los problemas de la relación de tus padres, es importante señalar que los estilos de apego formados en la infancia no son necesariamente idénticos a los demostrados en el apego romántico de los adultos. Es mucho el tiempo que transcurre entre la infancia y la edad adulta, así que las experiencias intermedias también juegan un papel importante en los estilos de apego de los adultos. Aquellos que se describen como ambivalentes o evitativos en la infancia pueden llegar a estar seguros como adultos, mientras que aquellos con un apego seguro en la infancia pueden mostrar estilos de apego inseguros en la vida adulta. Todo esto, depende de factores y vivencias a lo largo de la vida y como cambiamos o evolucionamos ante ellas.

En un estudio, los psicólogos Hazen y Shaver encontraron que el mejor predictor del estilo de apego adulto eran las percepciones que las personas tienen sobre la calidad de sus relaciones con sus padres, así como la relación de sus padres entre sí.

Pero la investigación en esta área indica que los patrones establecidos en la infancia tienen un impacto importante en las relaciones posteriores. Los investigadores Hazen y Shaver también encontraron diversas creencias sobre las relaciones entre los adultos con diferentes estilos de apego. Los adultos con estilo de apego seguro tienden a creer que el amor romántico perdura. Los adultos con un estilo de apego ambivalente afirman enamorarse a menudo, mientras que las personas adultas con estilos de apego evitativos describen el amor como raro y temporal.

Aunque no podemos decir que los estilos de apego infantil sean idénticos a los estilos de apego romántico adulto, la investigación ha demostrado que los estilos de apego temprano pueden ayudar a predecir los patrones de comportamiento en la edad adulta.